La falta de flexibilidad física es la incapacidad de los músculos y articulaciones para moverse libremente y de forma completa a lo largo de su rango de movimiento. Puede estar causada por tensiones musculares, lesiones, inactividad o el envejecimiento, lo que provoca rigidez, dolor y una reducción en la movilidad. Para contrarrestar estos efectos, disciplinas como el yoga, el pilates y la gimnasia hipopresiva son herramientas eficaces que favorecen la elongación muscular, mejoran la movilidad articular y previenen limitaciones físicas.
Además, en el ámbito de la psicología, se reconoce que el estrés y las tensiones emocionales pueden influir en la rigidez corporal. La práctica regular de estas actividades no solo mejora la flexibilidad física, sino que también contribuye al bienestar mental y emocional mediante la relajación y la conciencia corporal.

