La terapia familiar es cada vez más popular como intervención psicológica debido al amplio abanico de problemas y trastornos que las personas suelen experimentar dentro de su dinámica familiar. El objetivo es fortalecer y proporcionar recursos a la familia para que puedan abordar y resolver en colaboración disputas, conflictos o problemas individuales.
La familia se considera un elemento fundamental en el desarrollo humano, ya que proporciona la base para que los niños aprendan a percibir, actuar, relacionarse y comunicarse con el mundo. Desempeña un papel crucial en la adquisición de habilidades emocionales y relacionales, influyendo enormemente en el desarrollo. Por eso, este tipo de tratamiento pretende implicar a dos o más miembros de la familia para observar y, si es necesario, modificar las pautas de interacción entre sus miembros.
Hay varias formas de reconocer la necesidad de buscar la ayuda de un profesional de la psicología familiar como por ejemplo:
- Discusiones intensas y habituales.
- Problemas de comunicación.
- Apoyo familiar durante la psicoterapia individual.
- Apoyo de la familia ante la adicción.
- Problemas de adaptación.
- Vivencias traumáticas.
- Estilos de crianza negativos.
- Conflictos derivados de cuestiones psicosociales que afectan a los niños.
- Pérdida de contacto con los hijos.

