Mindfulness paso a paso: la actitud de aceptar

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Fecha de prublicación: 01/02/23
En el post de la semana pasada apunté que la práctica de Mindfulness requiere no sólo poner la atención de forma deliberada en la experiencia, momento a momento, sino añadir […]

En el post de la semana pasada apunté que la práctica de Mindfulness requiere no sólo poner la atención de forma deliberada en la experiencia, momento a momento, sino añadir una serie de actitudes como la curiosidad. Esta semana hablaré de la ACEPTACIÓN que suele generar bastante debate y que, aunque resulte sorprendente, es una de las actitudes que más ayudan a practicar Mindfulness.

A primera vista, parece que no tiene mucho sentido que una práctica que contribuye a nuestro bienestar nos lleve a ACEPTAR las experiencias difíciles y desagradables.

¿No debería librarnos del sufrimiento y del dolor? 

Vamos a aclarar este aparente contrasentido. La aceptación de la que hablamos significa reconocer lo que estás experimentando, tal cual es. Aceptar implica ponerse de frente a la situación y darse cuenta de que realmente es tal y como se presenta, nos guste o no. Admitir con honestidad que “no me gusta” o “me duele” “pero así es como son las cosas ahora” nos evitará tensión, estrés y sufrimiento.

Aceptar no es resignarse

No quiere decir que no te conformes con lo que hay sin tratar de cambiarlo; más bien al contrario.  al reconocer tu situación actual sabrás exactamente dónde estás y lo qu está pasando y podrás reorientarte y actuar a partir de ese punto.

La aceptación no es más que percibir lo que estás viviendo sin juzgarlo como positivo o negativo, sin luchar con lo que experimentas en el momento presente. Por ejemplo: si sientes malestar físico (dolor de cabeza) o malestar anímico (un estado de ansiedad o depresión) la reacción natural sería intentar deshacerse del malestar en una especie de batalla para vencerlo. Pero, en realidad, esta forma de afrontar el el sufrimiento genera un sufrimiento adicional, provocado porque quizás pensamos “¿por qué me está pasando esto a mí?”,  “soy incapaz de afrontar este tipo de situaciones; no saldré adelante”.

Sufrimiento = dolor x rechazo

A mayor rechazo ante el dolor, habrá más sufrimiento porque el dolor ya está ahí y resistirse a él sólo va agravar las dificultades e incrementar el malestar.

Durante la meditación es un momento muy oportuno para poner en práctica la aceptación cuando, por ejemplo, el flujo de pensamientos sea muy intenso. En lugar de criticarnos al no poder centrar nuestra atención y estar demasiado líado con pensamientos conviene simplemente reconocer la presencia de los pensamientos y aceptar que forman parte de la práctica. Puedes decirte “estoy teniendo pensamientos” o “pensar es normal, no pasa nada por tener pensamientos”.

Ahora bien, ten en cuenta que no se aceptan los pensamientos para librarse de ellos. Es necesario reconocer los pensamientos, sensaciones, emociones, sentimientos, sin intentar cambiarlos en absoluto. Sólo hay que aceptarlos, porque están ahí, sin más.


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