Los niños y los jóvenes suelen estar demasiado ocupados y tienen que asimilar muchos estímulos.
Se producen constantes cambios a nuestro alrededor y para poder estar bien consigo mismo en estos tiempos es bueno ser capaz de relajarse y de adquirir habilidades para que una “cabeza llena de ideas” pueda sosegarse.
El Mindfulness proporciona a los niños y a los jóvenes un mecanismo de autorregulación emocional, mayor resiliencia frente a los contratiempos y favorece las relaciones interpersonales respetuosas y compasivas.
Múltiples investigaciones han evidenciado los beneficios y la eficacia del Mindfulness en el ámbito de la educación.
Un estudio pionero, en 2008 (Shapiro, Brown y Astin), demostró la efectividad de un programa de Mindfulness en el entorno académico en estas tres áreas principales:
Los docentes, desde la etapa escolar hasta la universitaria, están sometidos cada vez a mayor presión y a unas condiciones laborales más precarias, con un alto nivel de exigencia para ofrecer a los alumnos los conocimientos destinados a su crecimiento y futura incorporación al mundo laboral, muy centrados en objetivos externos.
El Mindfulness contribuye a la mejora del bienestar general de los docentes y a una mejor gestión de las situaciones complejas que se viven en las aulas.